Me ofendo
Me ofendo, ¿de qué me ofendo? De según cómo
se mire, de todo me ofendo. Si veo una serie, una película o leo un libro que
no me represente, me ofendo. Si leo un artículo, un tuit o veo un meme y se
burla de mí, me ofendo. Vivo con el temor constante de que cualquier cosa me
ofenda. Si el colectivo ABCDEFGHIJKLMNOPQRSTUVWXYZ no incluye la letra Ñ, que
es la letra que me representa: me ofendo. Si la bandera de la diversidad no la
encuentro suficientemente diversa ni colorida ni representativa, no importa, me
ofendo. Si nadie habla o me describe o me incluye según yo cómo me veo a mí
mismo, por supuesto, me ofendo. Atento estoy a cualquier tuit, portada,
película y serie de moda. Estoy listo para saltar y patear el piso y con el
pulgar desenfundado para señalar con mi hashtag comprometido esa situación
ofensiva. ¿Acaso no he notado, por ejemplo, que me tomo una selfie y luego otra
selfie, y me veo en el espejo, y me tomo varias selfies, desde distintos
ángulos, y reviso mis selfies y las comparo con mis distintos reflejos y siento
que ninguna me representan? ¡Mi smartphone me blanquea la piel, yo no soy ese,
soy más moreno, y por supuesto que me ofendo! Estoy seguro que hay una
conspiración de las grandes tecnológicas para hacer parecer a todos más
blancos, más uniformados. Lo he comprobado yo mismo porque comparo mis selfies
y no se parecen a mí. Hay demasiada gente blanca malvada y no descansarán hasta
blanquernos a todos. Los hay en el cine. Todos los héroes con súper poderes son
blancos, heterosexuales y cisgénero. Nadie me manda a consumir ese tipo de cine
pero me ofendo. Me ofende, también, que la Mujer Maravilla sea hermosa, blanca
y de piernas torneadas, ¿dónde están las féminas reales? Una heroína así no
puede ser feminista. Es ofensivo ver tantas escenas de violaciones. Nunca he
pasado por una situación similar pero estoy seguro que ninguna mujer violada
reaccionaría así como me quieren hacer creer los guionistas blancos
heterosexuales. Me ofendo y estoy dispuesto a publicar una diatriba en mi
portal progre de moda de cómo sí se deben representar correcta y exactamente
las violaciones en las series. Los veo comer carne y me ofende que estén
matando animales para saciar sus apetitos carnívoros. Existen opciones de
hamburguesas de lechuga, no veo la necesidad de matar indiscriminadamente a los
animales por el simple afán de alimentarse con proteína. ¡Paren esa masacre! No
se atrevan a correrme de aquí por querer venir con mi mascota. Me ofende que no
respeten que mi pug y yo somos familia, de la misma esencia humana, por
supuesto que no lo dejaré afuera. Si son demasiado masculinos, me ofendo. Me
ofende que los hombres tengan barba, griten fuerte y que se abran de piernas en
el metro. No puedo creer que un hombre sea capaz de reprimir su feminidad
innata. Así como todas las mujeres que son lesbianas y no lo saben. Me ofende
el maldito sistema capitalista heteropatriarcal que las reprime y las obliga a
depilarse las axilas. Me lastima que me pidan trabajar, que me exijan
esforzarme y que se crean dueños de mi tiempo. ¿Por el hecho de pagarme un
salario creen que daré un poco más de mi vida? Veo a mi vecino que ha estrenado
un auto nuevo y me ofendo. Además, no solo tiene auto nuevo sino que está remodelando
su casa, ¿de cuándo acá tiene dinero? ¡Seguro se lo robó! Su prosperidad es la
desgracia de otros. Me ofendo cuando el profesor me reprueba y me marca con su
crayón rojo a la vista de todo mundo. Es molesto y hiere mis sentimientos.
¿Quién es él para decirme qué aprendo y cómo lo aprendo? Estoy seguro que es
una estrategia de las empresas capitalistas para reprimirme por mis orígenes y
mi color de piel, que solo quieren mano de obra barata y mal pagada. Como toda
esa literatura que llaman clásica y que tampoco me representa. Y no solo no me
representa, además se atreve a ofender mi religión y mis creencias. No
descansaré hasta lograr desterrar estas ofensivas obras del plan de estudios de
mi universidad. Me ofenden los jóvenes que escriben como viejitos y los
viejitos que se burlan de los jóvenes, causa de que nosotros no podamos
prosperar. ¿Cómo se atreve esa blanquita, privilegiada, que solo la publican
porque es hija de diplomático, a escribir contra nuestro sagrado movimiento?
Leo una reseña negativa sobre mi nuevo libro y me ofendo. Veo repulsivo que un
don nadie se atreva a criticar mi persona. Por supuesto que publicaré una
respuesta. Soy un ente frágil que vive en su caparazón de porcelana, temeroso
de cualquier cosa que pueda dañarme. Me ofende y me violenta el mundo. Me
ofenden y me violentan los demás que no son como yo digo que deban ser. Me
ofende que no te ofendas. Me ofende tu pasividad ante los problemas del mundo.
Me ofende que seas cisgénero. Este post me ofende. Lo leo y no lo puedo creer.
El que lo escribió no sabe nada, no entiende nada. ¡Cuánta estulticia! Se trata
de construir un mundo más justo y se nota que nunca ha leído a Foucault ni
tiene mis títulos universitarios. Mejor me voy, ofendido.
Imagen de acá.
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