Permiso para disentir

Uno de los grandes genios geeks además de divulgador de la ciencia en el finiquitado Siglo XX es sin duda (lo es porque su obra perdura), Isaac Asimov. Aparte de haber publicado más de quinientos libros, era un excelente pensador, que lo mismo escribía narrativa, explotaba las posibilidades del cuento, divulgaba la ciencia y dictaba conferencias; además de amar fervientemente a su esposa.

Una vez me topé con uno de sus libros de ensayos: “La mente errabunda”, en el cual el genio de Petrovichi se quejaba de la educación que se le impartía a los futuros ciudadanos de los Estados Unidos de América (patria que lo adoptó). Según él, el sistema educativo norteamericano no hacía más que formar a los alumnos como loros, exigiendo que repitieran lo mismo que sus profesores les enseñaban, profesores que de igual manera aprendieron repitiendo como loros lo que otros profesores decían. Así hacia atrás en el infinito, evitando todo marguen de holgura en el que un alumno pudiera desviarse un tanto más a un lado u otro, sin que llegue a tener reflexiones propias, auténticas. ¿Su declaración es un acto de hedonismo intelectual o una queja más de un pensador senil?

No conozco EU ni mucho menos su sistema educativo, pero la afirmación de Asimov bien que viene a cuento con el sistema fracasado de enseñanza aplicado en México. Sólo los priistas creen que todo es color de rosa; sueñan sus mega sólidas instituciones que sus mega mentes ineptas, con el mínimo de margen necesario, apenas y alcanzan a entender el desastre nacional que crearon. Pero es bien cierto, el sistema educativo mexicano gradúa millones de niños-loro cada año más otros millones de adolescentes preparatorianos-loro aparte de los universitarios-loro. Hasta ese nivel llega la política “apréndete esto así porque lo digo yo” o “aprende a repetir esto porque está en el libro”, sin importar si tal o cual libro tiene graves erratas. De esta forma, el estudiante más laureado con diplomas de reconocimiento es aquel que se sabe al dedillo todo exactamente igual como lo leyó en los libros y lo “aprendió” en las aulas. Y este estudiante ejemplo obtiene las mejores ofertas de empleo, porque va en el carril del éxito.

¿Hay algún problema en eso? El más grave es la falta de estimulación intelectual y otro la falta de inventiva, dos lastres que todos los mexicanos que tuvimos o tenemos la fortuna de estudiar llevamos arrastrando. Si México no se ha caracterizado como un país productor de tecnología innovadora, o de corrientes artísticas de vanguardia, sea por repetir tal cual lo que otros ya han explotado. Hemos llegado a ser, con tristeza, un país de conformistas. Desde niños nos dicen qué creer, qué ver, qué oír y cómo pensar; práctica común en países de orientación socialista. Millones de cerebros no fueron estimulados en la curiosidad; ahora esos cerebros están conformes con:

1.- Aprender un nuevo idioma sólo para emplearlo en la vida diaria,
2.- Leer únicamente aquellos libros que les ayuden a alcanzar el éxito,
3.- Ver películas que le diviertan,
4.- Aprender lo mínimo necesario que les sea útil en el trabajo.


¿Hay algún problema en eso? Sí, México es un país dependiente. Depende de la tecnología de Asia y Europa. Depende de la religión para darle sentido a la vida. Y si hay en México la ilusoria opinión de haber evolucionado, es por copiar aspectos “exitosos” ya probados y rebasados en nuestros vecinos. Pero, en cuestiones culturales y tecnológicas, ya nos llegó la involución. ¿Pruebas? Nada más ver la televisión abierta un sábado por la mañana y verá a una vedette junto a un galán de alberca discutir sobre la telenovela del momento. ¿Involución periodística? Lea 'Proceso' o 'El Sendero del Peje', o más pruebas aquí.

Como en los tiempos de la Alemania comunista más recalcitrante, la “cultura mexicana” ha llegado a niveles absurdos. Si alguien comenta algo sobre algún tema, que nadie se atreva a opinar diferente (no aplica a los deportes). Hay que decir “sí” para que dedos acusadores no te tachen de excéntrico, puede pasar que la policía del “buen pensar” te lleven a los separos del desprestigio social. Ya no digamos cuestionar, voz en pecho, en una reunión con los cuates, la existencia de dios o la cultura de un país.

Pues bien, este blogger no teme el desprestigio social de México. Este blogger duda que Miguel Hidalgo sea el padre de la patria, que los Niños Héroes existieron, que sea necesario decir “provecho” a un prójimo que está comiendo, que Carlos Fuentes es el escritor mexicano más importante, que Emiliano Zapata haya sido un héroe redentor campesino; así también ha puesto en el crisol del escrutinio a la religión cristiana; ha puesto bajo el microscopio de la duda a la misma Biblia. Es más, este blogger declara que todo en la Biblia es pura mitología plus historiografía falseada.

¿Se ha llegado a ser magnánimo y autosuficiente, sin quererlo, en este texto? Es posible. Ustedes dirán que este blogger ha repetido como loro la máxima de Asimov, tal cual él la ha escrito. Sea entonces la disensión y réplica una de las pocas buenas prácticas intelectuales a emular.



En la fotogradía, loro con guacamayo.

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